Los departamentos de Recursos Humanos llevan adelante múltiples
tareas: el reclutamiento, la remuneración, la formación, el coaching, la
afiliación a la seguridad social, en fin, velan por el rendimiento y el
bienestar de lo más importante de una empresa, las personas, pues son las que materializan la estrategia, las que atienden a los clientes y las que consiguen los
resultados.
Esta disciplina tiene una historia relativamente reciente en
el mundo académico, sin embargo, la mayoría de sus funciones datan desde la
misma prehistoria de las organizaciones. Muchas de las tareas de este directivo
eran realizadas por el empresario y, de hecho, todavía ese sigue siendo el
escenario para empresas pequeñas y medianas.
Son muchos los expertos que afirman que los directivos de recursos
humanos deben estar alineados con la estrategia de la organización y deben ser
los realizadores de la misma. Dave Ulrich escribe que para que esta labor tenga un sentido verdaderamente relevante en el negocio debe añadir
valor y jugar un rol protagónico.
No obstante, es imposible negar la importancia que tienen
los aspectos técnicos de esta función. Basta con preguntarse qué pasaría a fin
de mes si las nóminas estuvieran llenas de errores; si no se contratara a las
personas adecuadas; si no se capacitara o no se motivara al personal, etc.,
etc. Todo aquello es verdaderamente primario para el funcionamiento de la
empresa, pero para que juegue un rol estratégico y no sea un conjunto de tareas
mecánicas, debe añadir valor y liderar la implementación de la estrategia.
Así pues, por ejemplo, la remuneración no es simplemente el
pago de un valor dinerario por la prestación de unos servicios, sino que
también debe significar el gozar de beneficios intangibles o salario emocional
(sentido de responsabilidad, sentido de logro, reconocimiento social, entre
otros), que refuercen lazos y la motivación del trabajador con la empresa. De
igual manera la correcta selección de personal debe ir acompañada de un proceso
de adaptación del nuevo empleado en la empresa, pues un mal plan de acogida
puede echar a perder hasta el más brillante proceso de selección.
En ambos casos, llevar a cabo dichas tareas con un sentido
estratégico pueden permitir a la organización retener y atraer valioso capital
humano, indispensable elemento de ventaja competitiva en nuestro tiempo.
No con poca razón, Dave Ulrich y Norm Smallwood afirman que
las empresas ahora tienen un nuevo ROI (Retorno sobre la inversión), que es el
Retorno sobre lo intangible, un valor escondido cada vez más importante para
inversores y para los grupos de interés. Y, es precisamente la dirección de
recursos humanos la que se debe encargar del manejo de este valor estratégico.
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