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June 11, 2016

Capital Social & Micro-finanzas: razones para creer


Pierre Bourdieu define el Capital Social como las conexiones sociales, la pertenencia a grupos, y la respetabilidad y reciprocidad que existe hacia el cumplimiento de las normas. El Banco Mundial señala que “el Capital Social se refiere a las instituciones, relaciones y normas que conforman la calidad y cantidad de las interacciones sociales de una sociedad”.

 Cuando los pueblos gozan de Capital Social, la palabra, el honor y el respeto a las normas son elementos que tienen mucho valor y peso. Es así que los trámites se vuelven menos complicados, pues no existe tanta necesidad de legalizaciones, notarios, abogados, etc. Por otro lado, cuando hay sociedades en las que el Capital Social es limitado o nulo, la desconfianza hacia el otro reina como regla número uno, y en casi toda transacción priman, sobre todo, los blindajes legales para evitar malos ratos. Así pues, los costes de transacción terminan siendo más elevados y nuestra eficiencia menor de lo que pudiera ser.

Si examinamos a Bolivia en Capital Social, vemos que según la ONG Transparencia Internacional, el 38% de los bolivianos hemos pagado un soborno en materia judicial en los últimos 12 meses. Además, la percepción de la gente sobre corrupción es muy negativa, especialmente en relación con instituciones como: la policía, los partidos políticos, el poder judicial, los funcionarios y servidores públicos.

Asimismo, de acuerdo con el informe del Banco Mundial "Doing Business 2016", Bolivia se encuentra entre los países más difíciles para abrir una empresa (posición 178 de 189). Y en la ultima posición del ranking en cuanto a la facilidad para pagar impuestos. En Bolivia, una empresa de tamaño medio necesita 1025 horas por año para pagar impuestos, mientras que en la región de América Latina sólo 366 y 175 en los países desarrollados. Además, una empresa de tamaño medio en Bolivia debe hacer 42 pagos de impuestos al año en promedio, mientras que en América Latina son 30, y en los países desarrollados 11,8.

Aquellos indicadores son una pequeña pero contundente muestra de la imperiosa necesidad que existe en el país de crear las bases de un Capital Social que nos permita tener transacciones diarias más flexibles, honestas y eficientes. Para ello primero se necesita romper el circulo vicioso de la desconfianza sobre el que esta construido nuestro quehacer diario y así tejer las bases de un sistema en que la corrupción, los atajos a las normas y el dinero mal habido sean socialmente repudiados. Eso sí, un sistema donde las normas no carezcan de sentido común y puedan ser cumplidas sin que se nos vaya la vida y el negocio en ello.

Afortunadamente, existen también buenos ejemplos y razones para la esperanza. Tal es el caso de nuestro sistema de micro-finanzas, que es ampliamente conocido como uno de los más complejos y competitivos del mundo. Este sector es distinguido por ser forjador de Capital Social, ya que la base de sus operaciones se sustentan, a grandes rasgos, en la otorgación de capital a sectores vulnerables de la población que carece de colateral tradicional (activos tangibles, capital, historial crediticio, etc.) para acceder a financiación.

En efecto, los beneficiarios de estos servicios carecen de colateral tradicional, pero en la lógica de los microcréditos, existe un colateral social (confianza, honorabilidad, garantías grupales, etc.) que ha demostrado ser exitoso. Dicho éxito se basa en diversas variables, entre ellas: tasas de mora menor al 2%, altos índices de rentabilidad y creación de micro-empresas y empleo.

Lo más apasionante de este tema es que demuestra que confiar, que es el primer paso para crear Capital Social, no solo tiene un beneficio intangible, sino que también es rentable. Así pues, la lógica de los microcréditos puede servir de base, no solo en materia de creación de Capital Social, sino también como puntapié para políticas públicas y de desarrollo, que den lugar a una masa social emprendedora, autónoma y dueña de su destino.


Estos días presentaré mi tesis de maestría en Administración de Empresas “El rol del Capital Social en el éxito de las micro-finanzas y el rol de las micro-finanzas en la construcción del Capital Social”, y no podría estar más contento con el tema elegido, ya que me confirma que siempre hay espacio para la esperanza y para confiar en los demás, incluso en los entornos más difíciles.

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