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January 24, 2013

El periodismo boliviano y su brújula perdida

Cada día que pasa, cada ejemplar de periódico impreso y cada programa televisivo que nace con finalidades meramente lúdicas, puede fácilmente provocar prejuicios hacia la población boliviana en general.
Hay incluso quien afirma que el tipo de contenido que brindan los medios refleja el nivel intelectual que tiene o que exige la población; y aunque pareciera que dicha tesis es cierta, es preferible permanecer incrédulo al respecto.

Es probable, y de hecho en ocasiones se torna evidente señalar, que el problema de fondo no está en el nivel intelectual de la población, ni mucho menos en lo que a ésta le interesa, sino más bien en una desorientación del periodista o del directivo del medio. Sería muy oportuno que éstos se pregunten sobre la finalidad de su vocación. ¿Acaso el periodismo no es la herramienta que permite orientar a la población en la coyuntura? Cuidado que se haga creer a las nuevas generaciones, que dicha profesión no es más que el ámbito, donde algunos se ponen de tertulia y comentan  novedades totalmente irrelevantes para el bien común de la sociedad.

Otra causa de este tremendo defecto mediático, es quizá la competitividad a la inversa que sostienen las empresas de comunicación. ¿Por qué a la inversa?, pues, en lugar de ser una competitividad productiva que genere más y mejor información; lo que resulta de aquello no es más que una banalidad que adormece a la ciudadanía en todas sus esferas sociales. Tampoco sería sano negar la necesidad de que haya ‘‘novedades socialeras’’, pero cuando dichas novedades son el contenido principal de la jornada causa cierta repulsión e ira.

Habrá quien alegue que es necesario cambiar o variar los temas que son presentados a los lectores o a la teleaudiencia, pero ¿la variación de temática quiere decir un avasallamiento abusivo a la privacidad de las personas? Si se quiere dar un giro de contenido positivo que produzca esperanza en la gente, ¿no es mejor mostrar como modelos a seguir a las instituciones o individuos, que luchan por asimilar las asimetrías sociales características de un país en desarrollo?

Urge cambiar la imagen de la comunicación social en Bolivia, ésta debe empezar a ser entendida como un arma para luchar contra el subdesarrollo y no para fomentarlo. Dicho campo debe encontrar su identidad lo antes posible, y definir qué papel desea jugar en la construcción del país.
Es menester darse cuenta de la importancia que la comunicación de masas implica en el devenir de la historia, y nada de esto se hará realidad si no se lo exige; los cambios hay que pedirlos, hay que luchar por ellos  y hay que tener paciencia, ya que las cosas bien hechas no se construyen de la noche a la mañana, sino que son un proceso largo de esfuerzo y perseverancia.

Resulta oportuno terminar estas líneas desmitificando la famosa teoría, que afirma que los contenidos publicados por los medios son muestra de cierto nivel cognoscitivo de la población. Aquello es totalmente falso, el contenido que todos los días sale a la luz pública es el testimonio de la mediocridad y la subestimación que tienen algunos directivos hacia los ciudadanos. La información  irrelevante que inunda nuestros medios, es el grito del subdesarrollo que no quiere seguir siendo alimentado con comida chatarra, y es también la muestra de que la pobreza no es solamente la carencia de bienes materiales, sino algo mucho más que eso. Son ‘los de arriba’ quienes están convidados a dar el primer paso para demostrar que su intención no es sembrar pobreza y que todo es un mal entendido.

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